Valentín Torres, padre de familia, buen esposo, hombre modesto y trabajador, su humildad lo llevó a ganarse el mérito, como también la admiración de quienes le conocieron. Valentín conocía todas las fincas bananeras del área; él era chofer de los vehículos del Departamento de Sanidad, también manejaba las ambulancias del Departamento Médico. Trabajó toda su vida, aun después de su retiro estuvo dedicado totalmente a la cocina haciendo sus sabrosos bocadillos para sus clientes. Valentín tuvo la honra de darle a los hondureños las famosas “burras” de las fincas con el nombre de “baleadas.” Las tortillas de harina con mantequilla rala y frijoles se han hecho en la Costa Norte por mas de un siglo. México hizo tortillas de harina con frijoles mucho antes que Honduras, de allí viene el nombre de burritos y burras. Fueron los obreros agrícolas, con procedencia de Choluteca, los que trajeron el nombre de burras a las plantaciones de banano. Hay que recordar que Choluteca fue fundada por mexicanos de Cholula. El nombre de baleada fue puesto por primera vez por Loncho Coto en La Lima (central bananera) y el primero en venderlas con ese nombre fue Valentín Torres, también en La Lima.
Luis Alonso (Loncho Coto), personaje de la Ciudad de La Lima en Honduras, miembro fundador de El Muro y El Almendro, era muy popular por su habilidad humorística y por ser siempre un buen amigo. Recuerdo a Loncho con su eterna sonrisa. Loncho era mecánico de profesión y un excelente jugador de futbol. Me ha llenado de satisfacción que Marco Villatoro Zelaya tenga esa magnifica memoria que nos ha permitido reconstruir la trayectoria histórica de las baleadas. La historia real y verídica tiene su base más fuerte en las áreas de la cultura, como el arte, incluido lo culinario. Toto, como le llamamos sus amigos de la niñez, logro reencontrar también lo que son las “tortillas” gigantes de harina de la India con la tortilla de harina mesoamericana.
Loncho Coto, indudablemente, a su regreso de un juego en El Salvador, bautizó con el nombre de baleadas las tortillas de harina con frijoles, queso, mantequilla y otros. En el Salvador y regiones fronterizas con Honduras, le llaman “balas” a los frijoles parados.
http://www.tubabel.com/
Allá por los años 1937 la Tela Railroad Company trajo muchos hindúes especilistas en flores y la Tela los alojo en unos barracones de solteros, cerca de donde quedaba El Almendro, eran una admiración para los pobladores de La Lima Nueva, porque se sorprendían al ver que ellos cocinaban unas tortillas inmensas. Esto no es invento mío, me lo conto mi abuela y mi madre que todavía Dios me la tiene con vida, De esos hindúes al tiempo unos se fueron para su país la India, otros se quedaron en Honduras en La Lima. Me recuerdo de Bachin, de Singh, de Tdana y de otros que se nos escapa el nombre. Miren que cerca de donde ellos vivieron posteriormente que do El Almendro donde el finado Valentín vendía la tortilla de harina a 10 centavos, la yuca con chicharron y la pata de chancho también a diez centavos. Fue en esaepoca que el finado Loncho Coto le puso a la tortilla de harina baleada y a la yuca con chicharrón y a la pata de chancho tren pesado porque la yuca es un carbohidrato que es pesado.
Posteriormente, aparece el ventrílocuo y periodista Cesar Quezada de origen guatemalteco y comienza a trabajar en una radio. Después, se fue a trabajar con Televicentro teniendo como compañeros a Jacobo Goldstein, Mazariegos y a don Gabriel García Ardón. Siempre Cesar mandaba saludos a los de El Almendro en La y decía, “saludos a los de El Almendro allá en La Lima con sus famosas baleadas.” El las popularizó, loncho Coto les puso el mote de baleadas a las tortillas de harina.
Marco Villatoro Zelaya
La Lima, Honduras, 7 de agosto de 2017
César Quesada fue buen amigo de El Almendro. Obviamente, sus ocurrencias en la televisión deportiva, “regando la bola,” sobre las baleadas de La Lima, llamó poderosamente la atención hasta el último rincón donde llegaban sus trasmisiones televisivas. Esta documentación histórica (datos de Marco Villatoro Zelaya) son el testimonio lógico y verídico de cómo se originó el sobrenombre “baleadas” para estas tortillas de harina. Loncho Coto (QDDG), con sus bromas logrό que se olvidaran de “las burras,” por cierto, un nombre traído desde México a Centroamérica. Del mismo, surge el plato “burrito” que venden los restaurantes de comidas rápidas.
Cuando los muchachos que venían de las fincas, se tiraban de los chapulines en La Guardiola, traían colgando su bolsita de harina, “El Gallo,” o “La Rosa,” de la faja del pantalón, su burrita.
Los obreros agrícolas cargaban su burrita para la hora del lonche (almuerzo), sus puestos en las fincas no daban lugar para regresar a la casa. Las burras eran tortillas de harina rellenas con la pasta de huevos y frijoles fritos, crema (mantequilla rala) y queso rallado. Después de la fuerte tarea de la mañana, se sentaban a comer a la sombra de una mata de guineo, acompañados de zorzales y chileros. Si tenían radios de transistores, escuchaban las rancheras de la HRP1 en San Pedro Sula. El sol encendido en el eterno verano tropical requería también que los trabajadores tuvieran mucha energía. La harina de trigo, más los componentes de las burras eran excelente alimentación; después de la jornada diaria, continuaban las prácticas deportivas. Cada finca tenía su cancha de fútbol.