Salmos Libro II

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Capítulo 42

Mi alma tiene sed de Dios
Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré.

42:1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
42:2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
42:3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
42:4 Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;
De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,
Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
42:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.
42:6 Dios mío, mi alma está abatida en mí;
Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
42:7 Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
42:8 Pero de día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su cántico estará conmigo,
Y mi oración al Dios de mi vida.
42:9 Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?
¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
42:10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan,
Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
42:11 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.

Capítulo 43

Plegaria pidiendo vindicación y liberación

43:1 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa;
Líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo.
43:2 Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado?
¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
43:3 Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán;
Me conducirán a tu santo monte,
Y a tus moradas.
43:4 Entraré al altar de Dios,
Al Dios de mi alegría y de mi gozo;
Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
43:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.

Capítulo 44

Liberaciones pasadas y pruebas presentes
Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré.

44:1 Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado,
La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos.
44:2 Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a ellos;
Afligiste a los pueblos, y los arrojaste.
44:3 Porque no se apoderaron de la tierra por su espada,
Ni su brazo los libró;
Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro,
Porque te complaciste en ellos.
44:4 Tú, oh Dios, eres mi rey;
Manda salvación a Jacob.
44:5 Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos;
En tu nombre hollaremos a nuestros adversarios.
44:6 Porque no confiaré en mi arco,
Ni mi espada me salvará;
44:7 Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos,
Y has avergonzado a los que nos aborrecían.
44:8 En Dios nos gloriaremos todo el tiempo,
Y para siempre alabaremos tu nombre. Selah
44:9 Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar;
Y no sales con nuestros ejércitos.
44:10 Nos hiciste retroceder delante del enemigo,
Y nos saquean para sí los que nos aborrecen.
44:11 Nos entregas como ovejas al matadero,
Y nos has esparcido entre las naciones.
44:12 Has vendido a tu pueblo de balde;
No exigiste ningún precio.
44:13 Nos pones por afrenta de nuestros vecinos,
Por escarnio y por burla de los que nos rodean.
44:14 Nos pusiste por proverbio entre las naciones;
Todos al vernos menean la cabeza.
44:15 Cada día mi vergüenza está delante de mí,
Y la confusión de mi rostro me cubre,
44:16 Por la voz del que me vitupera y deshonra,
Por razón del enemigo y del vengativo.
44:17 Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti,
Y no hemos faltado a tu pacto.
44:18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón,
Ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos,
44:19 Para que nos quebrantases en el lugar de chacales,
Y nos cubrieses con sombra de muerte.
44:20 Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios,
O alzado nuestras manos a dios ajeno,
44:21 ¿No demandaría Dios esto?
Porque él conoce los secretos del corazón.
44:22 Pero por causa de ti nos matan cada día;
Somos contados como ovejas para el matadero.
44:23 Despierta; ¿por qué duermes, Señor?
Despierta, no te alejes para siempre.
44:24 ¿Por qué escondes tu rostro,
Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?
44:25 Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo,
Y nuestro cuerpo está postrado hasta la tierra.
44:26 Levántate para ayudarnos,
Y redímenos por causa de tu misericordia.

Capítulo 45

Cántico de las bodas del rey
Al músico principal; sobre Lirios. Masquil de los hijos de Coré. Canción de amores.

45:1 Rebosa mi corazón palabra buena;
Dirijo al rey mi canto;
Mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.
45:2 Eres el más hermoso de los hijos de los hombres;
La gracia se derramó en tus labios;
Por tanto, Dios te ha bendecido para siempre.
45:3 Ciñe tu espada sobre el muslo, oh valiente,
Con tu gloria y con tu majestad.
45:4 En tu gloria sé prosperado;
Cabalga sobre palabra de verdad, de humildad y de justicia,
Y tu diestra te enseñará cosas terribles.
45:5 Tus saetas agudas,
Con que caerán pueblos debajo de ti,
Penetrarán en el corazón de los enemigos del rey.
45:6 Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre;
Cetro de justicia es el cetro de tu reino.
45:7 Has amado la justicia y aborrecido la maldad;
Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo,
Con óleo de alegría más que a tus compañeros.
45:8 Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos;
Desde palacios de marfil te recrean.
45:9 Hijas de reyes están entre tus ilustres;
Está la reina a tu diestra con oro de Ofir.
45:10 Oye, hija, y mira, e inclina tu oído;
Olvida tu pueblo, y la casa de tu padre;
45:11 Y deseará el rey tu hermosura;
E inclínate a él, porque él es tu señor.
45:12 Y las hijas de Tiro vendrán con presentes;
Implorarán tu favor los ricos del pueblo.
45:13 Toda gloriosa es la hija del rey en su morada;
De brocado de oro es su vestido.
45:14 Con vestidos bordados será llevada al rey;
Vírgenes irán en pos de ella,
Compañeras suyas serán traídas a ti.
45:15 Serán traídas con alegría y gozo;
Entrarán en el palacio del rey.
45:16 En lugar de tus padres serán tus hijos,
A quienes harás príncipes en toda la tierra.
45:17 Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las generaciones,
Por lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para siempre.

Capítulo 46

Dios es nuestro amparo y fortaleza
Al músico principal; de los hijos de Coré. Salmo sobre Alamot.

46:1 Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
46:2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;
46:3 Aunque bramen y se turben sus aguas,
Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah
46:4 Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios,
El santuario de las moradas del Altísimo.
46:5 Dios está en medio de ella; no será conmovida.
Dios la ayudará al clarear la mañana.
46:6 Bramaron las naciones, titubearon los reinos;
Dio él su voz, se derritió la tierra.
46:7 Jehová de los ejércitos está con nosotros;
Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah
46:8 Venid, ved las obras de Jehová,
Que ha puesto asolamientos en la tierra.
46:9 Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra.
Que quiebra el arco, corta la lanza,
Y quema los carros en el fuego.
46:10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.
46:11 Jehová de los ejércitos está con nosotros;
Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah

Capítulo 47

Dios, el Rey de toda la tierra
Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.

47:1 Pueblos todos, batid las manos;
Aclamad a Dios con voz de júbilo.
47:2 Porque Jehová el Altísimo es temible;
Rey grande sobre toda la tierra.
47:3 El someterá a los pueblos debajo de nosotros,
Y a las naciones debajo de nuestros pies.
47:4 El nos elegirá nuestras heredades;
La hermosura de Jacob, al cual amó. Selah
47:5 Subió Dios con júbilo,
Jehová con sonido de trompeta.
47:6 Cantad a Dios, cantad;
Cantad a nuestro Rey, cantad;
47:7 Porque Dios es el Rey de toda la tierra;
Cantad con inteligencia.
47:8 Reinó Dios sobre las naciones;
Se sentó Dios sobre su santo trono.
47:9 Los príncipes de los pueblos se reunieron
Como pueblo del Dios de Abraham;
47:10 Porque de Dios son los escudos de la tierra;
El es muy exaltado.

Capítulo 48

Hermosura y gloria de Sion
Cántico. Salmo de los hijos de Coré.

48:1 Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado
En la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.
48:2 Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra,
Es el monte de Sion, a los lados del norte,
La ciudad del gran Rey.
48:3 En sus palacios Dios es conocido por refugio.
48:4 Porque he aquí los reyes de la tierra se reunieron;
Pasaron todos.
48:5 Y viéndola ellos así, se maravillaron,
Se turbaron, se apresuraron a huir.
48:6 Les tomó allí temblor;
Dolor como de mujer que da a luz.
48:7 Con viento solano
Quiebras tú las naves de Tarsis.
48:8 Como lo oímos, así lo hemos visto
En la ciudad de Jehová de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios;
La afirmará Dios para siempre. Selah
48:9 Nos acordamos de tu misericordia, oh Dios,
En medio de tu templo.
48:10 Conforme a tu nombre, oh Dios,
Así es tu loor hasta los fines de la tierra;
De justicia está llena tu diestra.
48:11 Se alegrará el monte de Sion;
Se gozarán las hijas de Judá
Por tus juicios.
48:12 Andad alrededor de Sion, y rodeadla;
Contad sus torres.
48:13 Considerad atentamente su antemuro,
Mirad sus palacios;
Para que lo contéis a la generación venidera.
48:14 Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre;
El nos guiará aun más allá de la muerte.

Capítulo 49

La insensatez de confiar en las riquezas
Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.

49:1 Oíd esto, pueblos todos;
Escuchad, habitantes todos del mundo,
49:2 Así los plebeyos como los nobles,
El rico y el pobre juntamente.
49:3 Mi boca hablará sabiduría,
Y el pensamiento de mi corazón inteligencia.
49:4 Inclinaré al proverbio mi oído;
Declararé con el arpa mi enigma.
49:5 ¿Por qué he de temer en los días de adversidad,
Cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare?
49:6 Los que confían en sus bienes,
Y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan,
49:7 Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano,
Ni dar a Dios su rescate
49:8 (Porque la redención de su vida es de gran precio,
Y no se logrará jamás),
49:9 Para que viva en adelante para siempre,
Y nunca vea corrupción.
49:10 Pues verá que aun los sabios mueren;
Que perecen del mismo modo que el insensato y el necio,
Y dejan a otros sus riquezas.
49:11 Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas,
Y sus habitaciones para generación y generación;
Dan sus nombres a sus tierras.
49:12 Mas el hombre no permanecerá en honra;
Es semejante a las bestias que perecen.
49:13 Este su camino es locura;
Con todo, sus descendientes se complacen en el dicho de ellos. Selah
49:14 Como a rebaños que son conducidos al Seol,
La muerte los pastoreará,
Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana;
Se consumirá su buen parecer, y el Seol será su morada.
49:15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol,
Porque él me tomará consigo. Selah
49:16 No temas cuando se enriquece alguno,
Cuando aumenta la gloria de su casa;
49:17 Porque cuando muera no llevará nada,
Ni descenderá tras él su gloria.
49:18 Aunque mientras viva, llame dichosa a su alma,
Y sea loado cuando prospere,
49:19 Entrará en la generación de sus padres,
Y nunca más verá la luz.
49:20 El hombre que está en honra y no entiende,
Semejante es a las bestias que perecen.

Capítulo 50

Dios juzgará al mundo
Salmo de Asaf.

50:1 El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra,
Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
50:2 De Sion, perfección de hermosura,
Dios ha resplandecido.
50:3 Vendrá nuestro Dios, y no callará;
Fuego consumirá delante de él,
Y tempestad poderosa le rodeará.
50:4 Convocará a los cielos de arriba,
Y a la tierra, para juzgar a su pueblo.
50:5 Juntadme mis santos,
Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.
50:6 Y los cielos declararán su justicia,
Porque Dios es el juez. Selah
50:7 Oye, pueblo mío, y hablaré;
Escucha, Israel, y testificaré contra ti:
Yo soy Dios, el Dios tuyo.
50:8 No te reprenderé por tus sacrificios,
Ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de mí.
50:9 No tomaré de tu casa becerros,
Ni machos cabríos de tus apriscos.
50:10 Porque mía es toda bestia del bosque,
Y los millares de animales en los collados.
50:11 Conozco a todas las aves de los montes,
Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece.
50:12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti;
Porque mío es el mundo y su plenitud.
50:13 ¿He de comer yo carne de toros,
O de beber sangre de machos cabríos?
50:14 Sacrifica a Dios alabanza,
Y paga tus votos al Altísimo;
50:15 E invócame en el día de la angustia;
Te libraré, y tú me honrarás.
50:16 Pero al malo dijo Dios:
¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes,
Y que tomar mi pacto en tu boca?
50:17 Pues tú aborreces la corrección,
Y echas a tu espalda mis palabras.
50:18 Si veías al ladrón, tú corrías con él,
Y con los adúlteros era tu parte.
50:19 Tu boca metías en mal,
Y tu lengua componía engaño.
50:20 Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano;
Contra el hijo de tu madre ponías infamia.
50:21 Estas cosas hiciste, y yo he callado;
Pensabas que de cierto sería yo como tú;
Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.
50:22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios,
No sea que os despedace, y no haya quien os libre.
50:23 El que sacrifica alabanza me honrará;
Y al que ordenare su camino,
Le mostraré la salvación de Dios.

Capítulo 51

Arrepentimiento, y plegaria pidiendo purificación
Al músico principal. Salmo de David, cuando después que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta.

51:1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
51:2 Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
51:3 Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí.
51:4 Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
51:5 He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.
51:6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,
Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
51:7 Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.
51:8 Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos que has abatido.
51:9 Esconde tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.
51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
51:11 No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
51:12 Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.
51:13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,
Y los pecadores se convertirán a ti.
51:14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;
Cantará mi lengua tu justicia.
51:15 Señor, abre mis labios,
Y publicará mi boca tu alabanza.
51:16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;
No quieres holocausto.
51:51:17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
51:18 Haz bien con tu benevolencia a Sion;
Edifica los muros de Jerusalén.
51:19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
el holocausto u ofrenda del todo quemada;
Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.

Capítulo 52

Futilidad de la jactancia del malo
Al músico principal. Masquil de David, cuando vino Doeg edomita y dio cuenta a Saúl diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec.

52:1 ¿Por qué te jactas de maldad, oh poderoso?
La misericordia de Dios es continua.
52:2 Agravios maquina tu lengua;
Como navaja afilada hace engaño.
52:3 Amaste el mal más que el bien,
La mentira más que la verdad. Selah
52:4 Has amado toda suerte de palabras perniciosas,
Engañosa lengua.
52:5 Por tanto, Dios te destruirá para siempre;
Te asolará y te arrancará de tu morada,
Y te desarraigará de la tierra de los vivientes. Selah
52:6 Verán los justos, y temerán;
Se reirán de él, diciendo:
52:7 He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza,
Sino que confió en la multitud de sus riquezas,
Y se mantuvo en su maldad.
52:8 Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios;
En la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.
52:9 Te alabaré para siempre, porque lo has hecho así;
Y esperaré en tu nombre, porque es bueno, delante de tus santos.

Capítulo 53

Insensatez y maldad de los hombres
(Sal. 14. 1-7)
Al músico principal; sobre Mahalat. Masquil de David.

é

53:1 Dice el necio en su corazón: No hay Dios.
Se han corrompido, e hicieron abominable maldad;
No hay quien haga bien.
53:2 Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres,
Para ver si había algún entendido
Que buscara a Dios.
53:3 Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno.
53:4 ¿No tienen conocimiento todos los que hacen iniquidad,
Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan,
Y a Dios no invocan?
53:5 Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo,
Porque Dios ha esparcido los huesos del que puso asedio contra ti;
Los avergonzaste, porque Dios los desechó.
53:6 ¡Oh, si saliera de Sion la salvación de Israel!
Cuando Dios hiciere volver de la cautividad a su pueblo,
Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.

Capítulo 54

Plegaria pidiendo protección contra los enemigos
Al músico principal; en Neginot. Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: ¿No está David escondido en nuestra tierra?

54:1 Oh Dios, sálvame por tu nombre,
Y con tu poder defiéndeme.
54:2 Oh Dios, oye mi oración;
Escucha las razones de mi boca.
54:3 Porque extraños se han levantado contra mí,
Y hombres violentos buscan mi vida;
No han puesto a Dios delante de sí. Selah
54:4 He aquí, Dios es el que me ayuda;
El Señor está con los que sostienen mi vida.
54:5 El devolverá el mal a mis enemigos;
Córtalos por tu verdad.
54:6 Voluntariamente sacrificaré a ti;
Alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.
54:7 Porque él me ha librado de toda angustia,
Y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos.

Capítulo 55

Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos traicioneros
Al músico principal; en Neginot. Masquil de David.

55:1 Escucha, oh Dios, mi oración,
Y no te escondas de mi súplica.
55:2 Está atento, y respóndeme;
Clamo en mi oración, y me conmuevo,
55:3 A causa de la voz del enemigo,
Por la opresión del impío;
Porque sobre mí echaron iniquidad,
Y con furor me persiguen.
55:4 Mi corazón está dolorido dentro de mí,
Y terrores de muerte sobre mí han caído.
55:5 Temor y temblor vinieron sobre mí,
Y terror me ha cubierto.
55:6 Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma!
Volaría yo, y descansaría.
55:7 Ciertamente huiría lejos;
Moraría en el desierto. Selah
55:8 Me apresuraría a escapar
Del viento borrascoso, de la tempestad.
55:9 Destrúyelos, oh Señor; confunde la lengua de ellos;
Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
55:10 Día y noche la rodean sobre sus muros,
E iniquidad y trabajo hay en medio de ella.
55:11 Maldad hay en medio de ella,
Y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.
55:12 Porque no me afrentó un enemigo,
Lo cual habría soportado;
Ni se alzó contra mí el que me aborrecía,
Porque me hubiera ocultado de él;
55:13 Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío,
Mi guía, y mi familiar;
55:14 Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos,
Y andábamos en amistad en la casa de Dios.
55:15 Que la muerte les sorprenda;
Desciendan vivos al Seol,
Porque hay maldades en sus moradas, en medio de ellos.
55:16 En cuanto a mí, a Dios clamaré;
Y Jehová me salvará.
55:17 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.
55:18 El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí,
Aunque contra mí haya muchos.
55:19 Dios oirá, y los quebrantará luego,
El que permanece desde la antigüedad;
Por cuanto no cambian,
Ni temen a Dios. Selah
55:20 Extendió el inicuo sus manos contra los que estaban en paz con él;
Violó su pacto.
55:21 Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla,
Pero guerra hay en su corazón;
Suaviza sus palabras más que el aceite,
Mas ellas son espadas desnudas.
55:22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo.
55:23 Mas tú, oh Dios, harás descender aquéllos al pozo de perdición.
Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días;
Pero yo en ti confiaré.

Capítulo 56

Oración de confianza
Al músico principal; sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat.

56:1 Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre;
Me oprime combatiéndome cada día.
56:2 Todo el día mis enemigos me pisotean;
Porque muchos son los que pelean contra mí con soberbia.
56:3 En el día que temo,
Yo en ti confío.
56:4 En Dios alabaré su palabra;
En Dios he confiado; no temeré;
¿Qué puede hacerme el hombre?
56:5 Todos los días ellos pervierten mi causa;
Contra mí son todos sus pensamientos para mal.
56:6 Se reúnen, se esconden,
Miran atentamente mis pasos,
Como quienes acechan a mi alma.
56:7 Pésalos según su iniquidad, oh Dios,
Y derriba en tu furor a los pueblos.
56:8 Mis huidas tú has contado;
Pon mis lágrimas en tu redoma;
¿No están ellas en tu libro?
56:9 Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare;
Esto sé, que Dios está por mí.
56:10 En Dios alabaré su palabra;
En Jehová su palabra alabaré.
56:11 En Dios he confiado; no temeré;
¿Qué puede hacerme el hombre?
56:12 Sobre mí, oh Dios, están tus votos;
Te tributaré alabanzas.
56:13 Porque has librado mi alma de la muerte,
Y mis pies de caída,
Para que ande delante de Dios
En la luz de los que viven.

Capítulo 57

Plegaria pidiendo ser librado de los perseguidores
(Sal. 108. 1-5)
Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David, cuando huyó de delante de Saúl a la cueva.

57:1 Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí;
Porque en ti ha confiado mi alma,
Y en la sombra de tus alas me ampararé
Hasta que pasen los quebrantos.
57:2 Clamaré al Dios Altísimo,
Al Dios que me favorece.
57:3 El enviará desde los cielos, y me salvará
De la infamia del que me acosa; Selah
Dios enviará su misericordia y su verdad.
57:4 Mi vida está entre leones;
Estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas;
Sus dientes son lanzas y saetas,
Y su lengua espada aguda.
57:5 Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;
Sobre toda la tierra sea tu gloria.
57:6 Red han armado a mis pasos;
Se ha abatido mi alma;
Hoyo han cavado delante de mí;
En medio de él han caído ellos mismos. Selah
57:7 Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto;
Cantaré, y trovaré salmos.
57:8 Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa;
Me levantaré de mañana.
57:9 Te alabaré entre los pueblos, oh Señor;
Cantaré de ti entre las naciones.
57:10 Porque grande es hasta los cielos tu misericordia,
Y hasta las nubes tu verdad.
57:11 Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;
Sobre toda la tierra sea tu gloria.

Capítulo 58

Plegaria pidiendo el castigo de los malos
Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David.

58:1 Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia?
¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?
58:2 Antes en el corazón maquináis iniquidades;
Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.
58:3 Se apartaron los impíos desde la matriz;
Se descarriaron hablando mentira desde que nacieron.
58:4 Veneno tienen como veneno de serpiente;
Son como el áspid sordo que cierra su oído,
58:5 Que no oye la voz de los que encantan,
Por más hábil que el encantador sea.
58:6 Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas;
Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos.
58:7 Sean disipados como aguas que corren;
Cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos.
58:8 Pasen ellos como el caracol que se deslíe;
Como el que nace muerto, no vean el sol.
58:9 Antes que vuestras ollas sientan la llama de los espinos,
Así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad.
58:10 Se alegrará el justo cuando viere la venganza;
Sus pies lavará en la sangre del impío.
58:11 Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo;
Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.

Capítulo 59

Oración pidiendo ser librado de los enemigos
Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David, cuando envió Saúl, y vigilaron la casa para matarlo.

59:1 Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío;
Ponme a salvo de los que se levantan contra mí.
59:2 Líbrame de los que cometen iniquidad,
Y sálvame de hombres sanguinarios.
59:3 Porque he aquí están acechando mi vida;
Se han juntado contra mí poderosos.
No por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová;
59:4 Sin delito mío corren y se aperciben.
Despierta para venir a mi encuentro, y mira.
59:5 Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel,
Despierta para castigar a todas las naciones;
No tengas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. Selah
59:6 Volverán a la tarde, ladrarán como perros,
Y rodearán la ciudad.
59:7 He aquí proferirán con su boca;
Espadas hay en sus labios,
Porque dicen: ¿Quién oye?
59:8 Mas tú, Jehová, te reirás de ellos;
Te burlarás de todas las naciones.
59:9 A causa del poder del enemigo esperaré en ti,
Porque Dios es mi defensa.
59:10 El Dios de mi misericordia irá delante de mí;
Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo.
59:11 No los mates, para que mi pueblo no olvide;
Dispérsalos con tu poder, y abátelos,
Oh Jehová, escudo nuestro.
59:12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios,
Sean ellos presos en su soberbia,
Y por la maldición y mentira que profieren.
59:13 Acábalos con furor, acábalos, para que no sean;
Y sépase que Dios gobierna en Jacob
Hasta los fines de la tierra. Selah
59:14 Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros,
Y rodeen la ciudad.
59:15 Anden ellos errantes para hallar qué comer;
Y si no se sacian, pasen la noche quejándose.
59:16 Pero yo cantaré de tu poder,
Y alabaré de mañana tu misericordia;
Porque has sido mi amparo
Y refugio en el día de mi angustia.
59:17 Fortaleza mía, a ti cantaré;
Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia.

Capítulo 60

Plegaria pidiendo ayuda contra el enemigo
(Sal. 108. 6-13)
Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal.

60:1 Oh Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste;
Te has airado; ¡vuélvete a nosotros!
60:2 Hiciste temblar la tierra, la has hendido;
Sana sus roturas, porque titubea.
60:3 Has hecho ver a tu pueblo cosas duras;
Nos hiciste beber vino de aturdimiento.
60:4 Has dado a los que te temen bandera
Que alcen por causa de la verdad. Selah
60:5 Para que se libren tus amados,
Salva con tu diestra, y óyeme.
60:6 Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegraré;
Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.
60:7 Mío es Galaad, y mío es Manasés;
Y Efraín es la fortaleza de mi cabeza;
Judá es mi legislador.
60:8 Moab, vasija para lavarme;
Sobre Edom echaré mi calzado;
Me regocijaré sobre Filistea.
60:9 ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada?
¿Quién me llevará hasta Edom?
60:10 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado,
Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos?
60:11 Danos socorro contra el enemigo,
Porque vana es la ayuda de los hombres.
60:12 En Dios haremos proezas,
Y él hollará a nuestros enemigos.

Capítulo 61

Confianza en la protección de Dios
Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de David.

61:1 Oye, oh Dios, mi clamor;
A mi oración atiende.
61:2 Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare.
Llévame a la roca que es más alta que yo,
61:3 Porque tú has sido mi refugio,
Y torre fuerte delante del enemigo.
61:4 Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre;
Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas. Selah
61:5 Porque tú, oh Dios, has oído mis votos;
Me has dado la heredad de los que temen tu nombre.
61:6 Días sobre días añadirás al rey;
Sus años serán como generación y generación.
61:7 Estará para siempre delante de Dios;
Prepara misericordia y verdad para que lo conserven.
61:8 Así cantaré tu nombre para siempre,
Pagando mis votos cada día.

Capítulo 62

Dios, el único refugio
Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.

62:1 En Dios solamente está acallada mi alma;
De él viene mi salvación.
62:2 El solamente es mi roca y mi salvación;
Es mi refugio, no resbalaré mucho.
62:3 ¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre,
Tratando todos vosotros de aplastarle
Como pared desplomada y como cerca derribada?
62:4 Solamente consultan para arrojarle de su grandeza.
Aman la mentira;
Con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón. Selah
62:5 Alma mía, en Dios solamente reposa,
Porque de él es mi esperanza.
62:6 El solamente es mi roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.
62:7 En Dios está mi salvación y mi gloria;
En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
62:8 Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio. Selah
62:9 Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón;
Pesándolos a todos igualmente en la balanza,
Serán menos que nada.
62:10 No confiéis en la violencia,
Ni en la rapiña; no os envanezcáis;
Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.
62:11 Una vez habló Dios;
Dos veces he oído esto:
Que de Dios es el poder,
62:12 Y tuya, oh Señor, es la misericordia;
Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.

Capítulo 63

Dios, satisfacción del alma
Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.

63:1 Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas,
63:2 Para ver tu poder y tu gloria,
Así como te he mirado en el santuario.
63:3 Porque mejor es tu misericordia que la vida;
Mis labios te alabarán.
63:4 Así te bendeciré en mi vida;
En tu nombre alzaré mis manos.
63:5 Como de meollo y de grosura será saciada mi alma,
Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
63:6 Cuando me acuerde de ti en mi lecho,
Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.
63:7 Porque has sido mi socorro,
Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
63:8 Está mi alma apegada a ti;
Tu diestra me ha sostenido.
63:9 Pero los que para destrucción buscaron mi alma
Caerán en los sitios bajos de la tierra.
63:10 Los destruirán a filo de espada;
Serán porción de los chacales.
63:11 Pero el rey se alegrará en Dios;
Será alabado cualquiera que jura por él;
Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.

Capítulo 64

Plegaria pidiendo protección contra enemigos ocultos
Al músico principal. Salmo de David.

64:1 Escucha, oh Dios, la voz de mi queja;
Guarda mi vida del temor del enemigo.
64:2 Escóndeme del consejo secreto de los malignos,
De la conspiración de los que hacen iniquidad,
64:3 Que afilan como espada su lengua;
Lanzan cual saeta suya, palabra amarga,
64:4 Para asaetear a escondidas al íntegro;
De repente lo asaetean, y no temen.
64:5 Obstinados en su inicuo designio,
Tratan de esconder los lazos,
Y dicen: ¿Quién los ha de ver?
64:6 Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta;
Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón, es profundo.
64:7 Mas Dios los herirá con saeta;
De repente serán sus plagas.
64:8 Sus propias lenguas los harán caer;
Se espantarán todos los que los vean.
64:9 Entonces temerán todos los hombres,
Y anunciarán la obra de Dios,
Y entenderán sus hechos.
64:10 Se alegrará el justo en Jehová, y confiará en él;
Y se gloriarán todos los rectos de corazón.

Capítulo 65

La generosidad de Dios en la naturaleza
Al músico principal. Salmo. Cántico de David.

65:1 Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios,
Y a ti se pagarán los votos.
65:2 Tú oyes la oración;
A ti vendrá toda carne.
65:3 Las iniquidades prevalecen contra mí;
Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás.
65:4 Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti,
Para que habite en tus atrios;
Seremos saciados del bien de tu casa,
De tu santo templo.
65:5 Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia,
Oh Dios de nuestra salvación,
Esperanza de todos los términos de la tierra,
Y de los más remotos confines del mar.
65:6 Tú, el que afirma los montes con su poder,
Ceñido de valentía;
65:7 El que sosiega el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas,
Y el alboroto de las naciones.
65:8 Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus maravillas.
Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
65:9 Visitas la tierra, y la riegas;
En gran manera la enriqueces;
Con el río de Dios, lleno de aguas,
Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.
65:10 Haces que se empapen sus surcos,
Haces descender sus canales;
La ablandas con lluvias,
Bendices sus renuevos.
65:11 Tú coronas el año con tus bienes,
Y tus nubes destilan grosura.
65:12 Destilan sobre los pastizales del desierto,
Y los collados se ciñen de alegría.
65:13 Se visten de manadas los llanos,
Y los valles se cubren de grano;
Dan voces de júbilo, y aun cantan.

Capítulo 66

Alabanza por los hechos poderosos de Dios
Al músico principal. Cántico. Salmo.

66:1 Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.
66:2 Cantad la gloria de su nombre;
Poned gloria en su alabanza.
66:3 Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras!
Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
66:4 Toda la tierra te adorará,
Y cantará a ti;
Cantarán a tu nombre. Selah
66:5 Venid, y ved las obras de Dios,
Temible en hechos sobre los hijos de los hombres.
66:6 Volvió el mar en seco;
Por el río pasaron a pie;
Allí en él nos alegramos.
66:7 El señorea con su poder para siempre;
Sus ojos atalayan sobre las naciones;
Los rebeldes no serán enaltecidos. Selah
66:8 Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
Y haced oír la voz de su alabanza.
66:9 El es quien preservó la vida a nuestra alma,
Y no permitió que nuestros pies resbalasen.
66:10 Porque tú nos probaste, oh Dios;
Nos ensayaste como se afina la plata.
66:11 Nos metiste en la red;
Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
66:12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza;
Pasamos por el fuego y por el agua,
Y nos sacaste a abundancia.
66:13 Entraré en tu casa con holocaustos;
Te pagaré mis votos,
66:14 Que pronunciaron mis labios
Y habló mi boca, cuando estaba angustiado.
66:15 Holocaustos de animales engordados te ofreceré,
Con sahumerio de carneros;
Te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos. Selah
66:16 Venid, oíd todos los que teméis a Dios,
Y contaré lo que ha hecho a mi alma.
66:17 A él clamé con mi boca,
Y fue exaltado con mi lengua.
66:18 Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,
El Señor no me habría escuchado.
66:19 Mas ciertamente me escuchó Dios;
Atendió a la voz de mi súplica.
66:20 Bendito sea Dios,
Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

Capítulo 67

Exhortación a las naciones, para que alaben a Dios
Al músico principal; en Neginot. Salmo. Cántico.

67:1 Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga;
Haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah
67:2 Para que sea conocido en la tierra tu camino,
En todas las naciones tu salvación.
67:3 Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.
67:4 Alégrense y gócense las naciones,
Porque juzgarás los pueblos con equidad,
Y pastorearás las naciones en la tierra. Selah
67:5 Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.
67:6 La tierra dará su fruto;
Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.
67:7 Bendíganos Dios,
Y témanlo todos los términos de la tierra.

Capítulo 68

El Dios del Sinaí y del santuario
Al músico principal. Salmo de David. Cántico.

68:1 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos,
Y huyan de su presencia los que le aborrecen.
68:2 Como es lanzado el humo, los lanzarás;
Como se derrite la cera delante del fuego,
Así perecerán los impíos delante de Dios.
68:3 Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios,
Y saltarán de alegría.
68:4 Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre;
Exaltad al que cabalga sobre los cielos.
JAH es su nombre; alegraos delante de él.
68:5 Padre de huérfanos y defensor de viudas
Es Dios en su santa morada.
68:6 Dios hace habitar en familia a los desamparados;
Saca a los cautivos a prosperidad;
Mas los rebeldes habitan en tierra seca.
68:7 Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo,
Cuando anduviste por el desierto, Selah
68:8 La tierra tembló;
También destilaron los cielos ante la presencia de Dios;
Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.
68:9 Abundante lluvia esparciste, oh Dios;
A tu heredad exhausta tú la reanimaste.
68:10 Los que son de tu grey han morado en ella;
Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.
68:11 El Señor daba palabra;
Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.
68:12 Huyeron, huyeron reyes de ejércitos,
Y las que se quedaban en casa repartían los despojos.
68:13 Bien que fuisteis echados entre los tiestos,
Seréis como alas de paloma cubiertas de plata,
Y sus plumas con amarillez de oro.
68:14 Cuando esparció el Omnipotente los reyes allí,
Fue como si hubiese nevado en el monte Salmón.
68:15 Monte de Dios es el monte de Basán;
Monte alto el de Basán.
68:16 ¿Por qué observáis, oh montes altos,
Al monte que deseó Dios para su morada?
Ciertamente Jehová habitará en él para siempre.
68:17 Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares;
El Señor viene del Sinaí a su santuario.
68:18 Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad,
Tomaste dones para los hombres,
Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.
68:19 Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios
El Dios de nuestra salvación. Selah
68:20 Dios, nuestro Dios ha de salvarnos,
Y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.
68:21 Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos,
La testa cabelluda del que camina en sus pecados.
68:22 El Señor dijo: De Basán te haré volver;
Te haré volver de las profundidades del mar;
68:23 Porque tu pie se enrojecerá de sangre de tus enemigos,
Y de ella la lengua de tus perros.
68:24 Vieron tus caminos, oh Dios;
Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.
68:25 Los cantores iban delante, los músicos detrás;
En medio las doncellas con panderos.
68:26 Bendecid a Dios en las congregaciones;
Al Señor, vosotros de la estirpe de Israel.
68:27 Allí estaba el joven Benjamín, señoreador de ellos,
Los príncipes de Judá en su congregación,
Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.
68:28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza;
Confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros.
68:29 Por razón de tu templo en Jerusalén
Los reyes te ofrecerán dones.
68:30 Reprime la reunión de gentes armadas,
La multitud de toros con los becerros de los pueblos,
Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata;
Esparce a los pueblos que se complacen en la guerra.
68:31 Vendrán príncipes de Egipto;
Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios.
68:32 Reinos de la tierra, cantad a Dios,
Cantad al Señor; Selah
68:33 Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad;
He aquí dará su voz, poderosa voz.
68:34 Atribuid poder a Dios;
Sobre Israel es su magnificencia,
Y su poder está en los cielos.
68:35 Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios;
El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo.
Bendito sea Dios.

Capítulo 69

Un grito de angustia
Al músico principal; sobre Lirios. Salmo de David.

69:1 Sálvame, oh Dios,
Porque las aguas han entrado hasta el alma.
69:2 Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie;
He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.
69:3 Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido;
Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.
69:4 Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa;
Se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué.
¿Y he de pagar lo que no robé?
69:5 Dios, tú conoces mi insensatez,
Y mis pecados no te son ocultos.
69:6 No sean avergonzados por causa mía los que en ti confían, oh Señor Jehová de los ejércitos;
No sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.
69:7 Porque por amor de ti he sufrido afrenta;
Confusión ha cubierto mi rostro.
69:8 Extraño he sido para mis hermanos,
Y desconocido para los hijos de mi madre.
69:9 Porque me consumió el celo de tu casa;
Y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí.
69:10 Lloré afligiendo con ayuno mi alma,
Y esto me ha sido por afrenta.
69:11 Puse además cilicio por mi vestido,
Y vine a serles por proverbio.
69:12 Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta,
Y me zaherían en sus canciones los bebedores.
69:13 Pero yo a ti oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad;
Oh Dios, por la abundancia de tu misericordia,
Por la verdad de tu salvación, escúchame.
69:14 Sácame del lodo, y no sea yo sumergido;
Sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.
69:15 No me anegue la corriente de las aguas,
Ni me trague el abismo,
Ni el pozo cierre sobre mí su boca.
69:16 Respóndeme, Jehová, porque benigna es tu misericordia;
Mírame conforme a la multitud de tus piedades.
69:17 No escondas de tu siervo tu rostro,
Porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.
69:18 Acércate a mi alma, redímela;
Líbrame a causa de mis enemigos.
69:19 Tú sabes mi afrenta, mi confusión y mi oprobio;
Delante de ti están todos mis adversarios.
69:20 El escarnio ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado.
Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo;
Y consoladores, y ninguno hallé.
69:21 Me pusieron además hiel por comida,
Y en mi sed me dieron a beber vinagre.
69:22 Sea su convite delante de ellos por lazo,
Y lo que es para bien, por tropiezo.
69:23 Sean oscurecidos sus ojos para que no vean,
Y haz temblar continuamente sus lomos.
69:24 Derrama sobre ellos tu ira,
Y el furor de tu enojo los alcance.
69:25 Sea su palacio asolado;
En sus tiendas no haya morador.
69:26 Porque persiguieron al que tú heriste,
Y cuentan del dolor de los que tú llagaste.
69:27 Pon maldad sobre su maldad,
Y no entren en tu justicia.
69:28 Sean raídos del libro de los vivientes,
Y no sean escritos entre los justos.
69:29 Mas a mí, afligido y miserable,
Tu salvación, oh Dios, me ponga en alto.
69:30 Alabaré yo el nombre de Dios con cántico,
Lo exaltaré con alabanza.
69:31 Y agradará a Jehová más que sacrificio de buey,
O becerro que tiene cuernos y pezuñas;
69:32 Lo verán los oprimidos, y se gozarán.
Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón,
69:33 Porque Jehová oye a los menesterosos,
Y no menosprecia a sus prisioneros.
69:34 Alábenle los cielos y la tierra,
Los mares, y todo lo que se mueve en ellos.
69:35 Porque Dios salvará a Sion, y reedificará las ciudades de Judá;
Y habitarán allí, y la poseerán.
69:36 La descendencia de sus siervos la heredará,
Y los que aman su nombre habitarán en ella.

Capítulo 70

Súplica por la liberación
(Sal. 40.13-17)
Al músico principal. Salmo de David, para conmemorar.

70:1 Oh Dios, acude a librarme;
Apresúrate, oh Dios, a socorrerme.
70:2 Sean avergonzados y confundidos
Los que buscan mi vida;
Sean vueltos atrás y avergonzados
Los que mi mal desean.
70:3 Sean vueltos atrás, en pago de su afrenta hecha,
Los que dicen: ¡Ah! ¡Ah!
70:4 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,
Y digan siempre los que aman tu salvación:
Engrandecido sea Dios.
70:5 Yo estoy afligido y menesteroso;
Apresúrate a mí, oh Dios.
Ayuda mía y mi libertador eres tú;
Oh Jehová, no te detengas.

Capítulo 71

Oración de un anciano

71:1 En ti, oh Jehová, me he refugiado;
No sea yo avergonzado jamás.
71:2 Socórreme y líbrame en tu justicia;
Inclina tu oído y sálvame.
71:3 Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente.
Tú has dado mandamiento para salvarme,
Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.
71:4 Dios mío, líbrame de la mano del impío,
De la mano del perverso y violento.
71:5 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza,
Seguridad mía desde mi juventud.
71:6 En ti he sido sustentado desde el vientre;
De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó;
De ti será siempre mi alabanza.
71:7 Como prodigio he sido a muchos,
Y tú mi refugio fuerte.
71:8 Sea llena mi boca de tu alabanza,
De tu gloria todo el día.
71:9 No me deseches en el tiempo de la vejez;
Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.
71:10 Porque mis enemigos hablan de mí,
Y los que acechan mi alma consultaron juntamente,
71:11 Diciendo: Dios lo ha desamparado;
Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.
71:12 Oh Dios, no te alejes de mí;
Dios mío, acude pronto en mi socorro.
71:13 Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma;
Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan.
71:14 Mas yo esperaré siempre,
Y te alabaré más y más.
71:15 Mi boca publicará tu justicia
Y tus hechos de salvación todo el día,
Aunque no sé su número.
71:16 Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor;
Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.
71:17 Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud,
Y hasta ahora he manifestado tus maravillas.
71:18 Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares,
Hasta que anuncie tu poder a la posteridad,
Y tu potencia a todos los que han de venir,
71:19 Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso.
Tú has hecho grandes cosas;
Oh Dios, ¿quién como tú?
71:20 Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males,
Volverás a darme vida,
Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra.
71:21 Aumentarás mi grandeza,
Y volverás a consolarme.
71:22 Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio,
Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa,
Oh Santo de Israel.
71:23 Mis labios se alegrarán cuando cante a ti,
Y mi alma, la cual redimiste.
71:24 Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día;
Por cuanto han sido avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal procuraban.

Capítulo 72

El reino de un rey justo
Para Salomón.

72:1 Oh Dios, da tus juicios al rey,
Y tu justicia al hijo del rey.
72:2 El juzgará a tu pueblo con justicia,
Y a tus afligidos con juicio.
72:3 Los montes llevarán paz al pueblo,
Y los collados justicia.
72:4 Juzgará a los afligidos del pueblo,
Salvará a los hijos del menesteroso,
Y aplastará al opresor.
72:5 Te temerán mientras duren el sol
Y la luna, de generación en generación.
72:6 Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada;
Como el rocío que destila sobre la tierra.
72:7 Florecerá en sus días justicia,
Y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna.
72:8 Dominará de mar a mar,
Y desde el río hasta los confines de la tierra.
72:9 Ante él se postrarán los moradores del desierto,
Y sus enemigos lamerán el polvo.
72:10 Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes;
Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones.
72:11 Todos los reyes se postrarán delante de él;
Todas las naciones le servirán.
72:12 Porque él librará al menesteroso que clamare,
Y al afligido que no tuviere quien le socorra.
72:13 Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso,
Y salvará la vida de los pobres.
72:14 De engaño y de violencia redimirá sus almas,
Y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.
72:15 Vivirá, y se le dará del oro de Sabá,
Y se orará por él continuamente;
Todo el día se le bendecirá.
72:16 Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los montes;
Su fruto hará ruido como el Líbano,
Y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra.
72:17 Será su nombre para siempre,
Se perpetuará su nombre mientras dure el sol.
Benditas serán en él todas las naciones;
Lo llamarán bienaventurado.
72:18 Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel,
El único que hace maravillas.
72:19 Bendito su nombre glorioso para siempre,
Y toda la tierra sea llena de su gloria.
Amén y Amén.
72:20 Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.