No existe otra manera de alcanzar la salvación sino a través de Cristo Jesús. No importan las soluciones que el hombre invente para justificarse a si mismo. Como criaturas estamos sujetos a la voluntad de nuestro creador. Dios, en su infinita misericordia, se entregó al más humillante de los tormentos: La crucifixión. Fue ésta la única forma de recuperar la perfección rota por Adán. Cristo tuvo que morir y resucitar para otorgarnos el más preciado de los regalos: el perdón para poder entrar a la vida eterna.

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Juan 14:06

Dios Padre, en su infinita misericordia, nos ha otorgado a Dios Hijo como única solución para la remisión de nuestros pecados:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16